Conclusiones principales
En el informe The Road to Clean Air. Benefits of a Nationwide Transition to Electric Vehicles (El camino hacia un aire limpio. Beneficios de una transición a los vehículos eléctricos en todo el país) se analizan los beneficios que traería a la salud pública y al cambio climático dejar de emplear los vehículos de pasajeros, los autobuses de transporte y escolares, las furgonetas de reparto y el amplio sector del transporte por carretera que se alimentan con combustión (energía generada por gasolina y diésel) y pasar a utilizar vehículos eléctricos en combinación con un sector energético cada vez más renovable.
¿Cuáles son los beneficios?
La transición a soluciones de transporte de cero emisiones, combinada con el aumento de los niveles de energía renovable, puede reducir de forma significativa los contaminantes perjudiciales para la salud. Se prevé que para 2050: Se habrán salvado
vidas.
Se habrán evitado decenas de miles de ataques de asma.
Se habrán evitado decenas de miles de millones de dólares en gastos médicos como resultado de la considerable reducción de la contaminación.
Se habrá logrado una reducción significativa de los gases de efecto invernadero que provocan amplias repercusiones del cambio climático sobre la calidad del aire y la salud pública.
Las 16 regiones metropolitanas que más se beneficiarían de la transición a los vehículos eléctricos
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¿Quién se beneficiaría?
Las comunidades de bajos ingresos y las comunidades de color suelen estar expuestas de forma desmedida a la contaminación, además de tener resultados sanitarios muy deficientes, lo que hace que la equidad sanitaria y la equidad climática sean clave en el debate sobre los vehículos eléctricos. Los niños, los ancianos y las personas que padecen enfermedades respiratorias, problemas cardiovasculares y otras afecciones crónicas también son más vulnerables a la mala calidad del aire.
La transición al transporte eléctrico con cero emisiones sería positiva para la salud de los niños que viajan en los autobuses escolares, las personas que usan el transporte público y se desplazan al trabajo a diario, los conductores de camiones, los repartidores locales y, sobre todo, los residentes más cercanos a las principales carreteras, los centros de distribución de los almacenes y otros focos de contaminación.
Además, la transición de la quema de combustibles fósiles contaminantes del sector energético a formas de energía renovable sin combustión (entre ellas, la eólica y la solar) es fundamental para hacer frente al impacto en las comunidades más afectadas por las emisiones generadas en las centrales eléctricas que utilizan combustibles fósiles.
¿Cómo funciona?
En el informe se concluye que la transición a los vehículos eléctricos supondría importantes beneficios para la calidad del aire y el clima. En el análisis se compara un escenario denominado “sin cambios” (sin la transición al transporte eléctrico) con un escenario en el que se habría producido la transición al transporte eléctrico a nivel nacional hacia 2050. Esta comparación determinó que el escenario de los vehículos eléctricos tendría los siguientes efectos:
- Reducción de los óxidos de nitrógeno (NOx) que forman ozono y partículas en 1 millón de toneladas hacia 2050 (una reducción del 82 % en comparación con el escenario sin cambios).
- Reducción de la contaminación por partículas finas emitidas directamente (PM2.5) en 30 599 toneladas hacia 2050 (una reducción del 62 %).
- Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático en más de 1400 millones de toneladas hacia 2050 (una reducción del 90 %).
Y si se tienen en cuenta las emisiones asociadas a la producción y distribución de combustible en el escenario sin cambios en comparación con el escenario de los vehículos eléctricos, los beneficios aumentarían aún más si se consideran fuentes de energía más limpias. De hecho, si se contempla un futuro energético más limpio, en el informe se señala que algunos contaminantes se reducirían en un 100 % o más en comparación con las emisiones del escenario sin cambios.
- Reducción de los óxidos de nitrógeno (NOx) que forman ozono y partículas en 1,3 millones de toneladas (una reducción del 100 % en comparación con el escenario sin cambios).
- Reducción de la contaminación por partículas finas emitidas directamente (PM2.5) en más de 53 000 toneladas hacia 2050 (una reducción del 108 % respecto a las emisiones del parque automotor).
- Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático en más de 1500 millones de toneladas hacia 2050 (una reducción del 94 %) en comparación con las emisiones generadas por el parque automotor de referencia.
Pase a la acción
Lograr estos importantes beneficios para nuestra salud y nuestro clima requerirá un liderazgo y una inversión de forma constante y comprometida en todos los niveles de gobierno, así como la educación y la participación del público para garantizar que la transición a los vehículos eléctricos garantice un aire limpio para todas las comunidades.